viernes, 29 de marzo de 2013
viernes, 22 de marzo de 2013
lunes, 18 de marzo de 2013
La diablesa
Nunca supe lo que me esperaba
cuando conocí a Rocio. La conocí por un grupo de amigos una noche. Estábamos
emborrachándonos en un garito y ellas estaban al lado, pero nosotros
estábamos jugando a un juego de beber y se animaron a jugar con
nosotros. Ni les preguntamos si querían
jugar con nosotros, ellas mismas se adjuntaron poco a poco. Roció era la más sociable, y desde luego no
llegaba para nada a ser descarada. Morena de ojos negros, con carita de niña.
Ni siquiera iba arreglada para ser el objeto de cualquier chico, con unos
vaqueros y una blusa blanca apenas escotada, pero era la más guapa del grupo de
todas formas. El caso es que empezó
hablando con uno de mis colegas que estaba al lado suyo, pero la cosa no la
llamo mucho, así que fue hablando con cada uno hasta que acabo hablando conmigo
y la cosa funciono.
Estuvimos en un par de bares mas,
y entre cubata y bromas ya me decidí a lanzarme, y la chica me hizo la famosa
cobra, pero para mi sorpresa, después del
fiasco, ella misma me dijo que si que quería echarme un polvo, pero que
eso era para más tarde y que no quería nada de besos en la boca. En ese momento
pensé que igual era una prostituta, pero ella me dijo que no pensara mal, que
solo era una manía personal.
Cuando llegamos a su portal se me
hizo más raro no poder besarla en la boca. Entramos en el ascensor y yo empecé
a besarla por el cuello y a meter mis manos por debajo de su blusa. Entramos en
su casa, y le quite la blusa antes de
llegar al dormitorio. Ella también me quito los pantalones con rapidez y antes
de darnos cuenta, los dos estábamos desnudos y la estaba penetrando. Me había
puesto a mil, con esa carita de niña y ese tanguita blanco que casi le arranco
de un mordisco…..
Yo lo estaba gozando muchísimo y
además acababa de conseguir que ella se corriera, cuando pasó algo que deseaba
casi tanto como correrme: Ella me empezó a besar en los labios con cierta
ternura. No pude evitar quedarme parado en aquel momento y mientras que mis
manos se deslizaban por sus piernas mi erección desapareció por completo.
Estaba a punto de correrme, por mi parte ya había conseguido que ella tuviese
su orgasmo, y de repente me había quedado en vacio.
Me quede muy pillado por la
situación, pero ella ni se inmuto y me empezó a decir que le había encantado y
que había habido conexión entre los dos. Yo la dije que no sabía que me había
pasado al final y ella me dijo que antes eran las chicas las que se quedaban a
medias, pero que ahora eso le podía pasar a un chico. Después de un rato nos
quedamos dormidos.
Aquella mañana me fui de aquella
casa con un mosqueo importante, pero con una sonrisa porque al fin y al cabo
había cumplido expectativas.
A los 3 días Roció me llamo para
volver a quedar. Estuvimos tomando un café. Ella vino mas arreglada, maquillada,
y bastante más sexy. La verdad es que no
me había corrido en días, y no me había dado ni cuenta de que lo necesitaba, y
cuando la vi me vino a la memoria lo del sábado y enseguida me puse muy
caliente. La metí un par de puyas a ver si colaba, pero ella estaba ocupada entre semana con el tema
del trabajo así que no pudo ser. Pero al irse me dio un cálido en beso en los
labios. La pregunte que como así me daba un beso, a lo que ella me contesto que
por mi, ella hacia el esfuerzo.
Al llegar a casa, fui a mi cuarto
dispuesto a hacerme una paja. Me puse con las cosas que más me ponen como
videos de dos chicas, o el video de una chica forzada a tener un orgasmo atada
a una cama, pero no se me ponía dura. No sabía que pasaba. Lo intente al día
siguiente y tampoco.
Llego el fin de semana y Roció no
pudo salir, pero se presento en mi casa justo antes de salir y cuando me quise
dar cuenta me dio otro beso en la boca. No pille, ni tuve la ocasión, ni la
busque, pero llegar a casa de fiesta, después de ver un montón de chicas guapas
y que no se te ponga dura para hacerte una paja ya mina la moral. Así que
cuando quede con ella el martes siguiente no iba con todas de mi parte. Mi
inseguridad en el momento hizo que me quisiera echar atrás cuando ella me
ofreció subir a su casa, pero ella me dijo que ya sabía lo que me pasaba.
-Tengo algo que en parte es un
don y por otra una maldición. Cuando beso a un chico le produzco impotencia
temporal. Mis labios al contacto con tu
saliva producen una sustancia que hace que tus testículos dejen de segregar
testosterona y ya no tengas la suficiente excitación como para tener una
erección. Solo si tocan tu saliva. Los médicos lo llaman “Beso de Bruja”.
Me dejo perplejo, “Beso de
Bruja”, aunque eso me hizo cuadrar lo que me había pasado esos días.
Al principio me asusto mucho,
pero ella me tranquilizo diciéndome que todo eso sería una ayuda en nuestra
relación. A ella le tranquilizaba porque así no podría serla infiel, y yo no me
iba a sentir insatisfecho. Empezamos a salir y cada vez que hacíamos el amor y
yo me iba a correr, ella me besaba. No sabía que me pasaba pero no era capaz de
desengancharme de ella. Mis testículos cada vez estaban más pesados y mi mente
mas nublada, aunque realmente cuando ella me besaba perdía mis ganas de tener
sexo. Era como algo que me enganchaba, ella conseguía ponerme a mil, y luego
era capaz de hacerme sentir libre de esa sensación de necesidad de sexo.
Para ella era perfecto, porque
llevaba una vida muy ajetreada y apenas podíamos vernos. Era su amante
perfecto, calculaba cuando tendría tiempo para echar un polvo y así quedaba
conmigo. También me hacia tenerle la
casa limpia, y hacerme cargo de sus recados.
Así paso todo un año, bajo el control de Roció,
hasta que una semana no nos vimos por diferentes circunstancias, el efecto de
sus “Besos de Bruja” se disipo, y me decidí a hacerme una buena paja. Cuando
acabe con la primera me sentí tan bien que decidí hacerme otra, y al cabo de un
rato acabe haciéndome una tercera. Me sentí liberado y empecé a verlo todo con
mucha más claridad.
Lo primero que decidí fue dejarlo
con ella, porque esa relación no era sana ni nada parecido. Mi vida había
pasado de ser normal y tener amigos, a ser el exclavo de una mujer que me
mantenía bajo su encanto. Fui a su casa y lo hable con ella:
-¡¡Pero como que lo dejamos¡¡ ¡¡ Si yo estoy muy contenta¡¡
-Esta relación no es una relación sana y normal y lo mejor
es dejarlo aquí y ahora. No es algo bueno para mí. Antes tenía mis amigos y
ahora……¡¡parezco tu exclavo¡¡
La conversación no subió mucho más
de tono, ella no quería perderme, intentaba convencerme para seguir, pero yo ya
lo tenía decidido.
Ella me pidió un último polvo de
despedida, y prometió no darme ningún beso. No sabía si confiar mucho en ella,
pero la verdad es que se mostro sorprendentemente comprensiva y después de todo
nunca había faltado a su palabra.
Me quito el jersey, y después la camisa, para empezar a darme besos
por el cuello y el pecho. Ella iba vestida con su traje de oficina, y me
dedique a bajarle la falda y abrirle la blusa. Me encantaban esos conjuntos
negros de encaje con medias y zapatos de tacón alto. La metí mano entre el
tanga negro y ella me bajo los pantalones dejando mi pene con una gran erección
a la vista.
Justo antes de bajar, ella me
miro a los ojos y puso una sonrisa malvada. Bajo hacia mi pene, algo que hasta
ahora jamás había hecho, y empezó a
chupármelo. Subía y bajaba, y volvía hacerlo. Pero el gran calentón que
me había nublado la mente, se fue desvaneciendo, pasando a darme cuenta del
posible error que habría cometido.
-¡¡Mis besos en los labios te
dejan impotente unos días, pero una felación es posible que te deje impotente
de por vida¡¡
-¿Pero qué dices?
-¡¡No pensaras que ibas a dejarme
así y te ibas a quedar tan tranquilo¡¡
Estuve discutiendo con ella, y
llamándola de todo. Ella acabo llamando a la policía para echarme de allí. No
la he vuelto a ver desde entonces.
Y ahora estoy aquí, en la sala de
espera de mi médico de cabecera, después de 2 meses de pruebas, esperando para
saber, si podre volver a tener una erección o no.
jueves, 14 de marzo de 2013
lunes, 11 de marzo de 2013
jueves, 7 de marzo de 2013
Las amigas de Elsa 5
Cuando me desperté ya no estaba en la cama,
estaba tumbado sobre una cruz en forma de x con tiras de cuero sujetando mis
tobillos, muslos, cintura, brazos, muñecas y la cabeza. No tenia nada encima ni
llevaba nada puesto, pero tenia una erección terrible. Al cabo de un rato la
puerta se abrió y la x se puso de pie. Entro una señora de unos cuarenta y
tantos, maquillada y con el pelo más bien corto y moreno, delgada. Iba bien
arreglada para los domingos, en plan ir a dar un paseo. Se sorprendió mucho al
verme.
-¿Quién
eres tú? ¿Qué haces aquí? ¡¡¡Bah¡¡¡
Salió muy enfadada. Yo no podía decir nada
porque tenía una mordaza en la boca. Volvió y me miro indignada. De arriba
abajo.
-¿Otro
amiguito de Mónica eh? ¡¡¡Te prestas a estas cosas eh¡¡¡ ¿Te gusta? ¡A mí me
parece que tienes mucho que aprender¡
Acto seguido sus frías manos cogieron mis
testículos y los dio un apretón.
-¿Te
gusta? Yo creo que debe ser que sí, porque no se te baja para nada.
Soltó mis testículos y fue a por mi
pene. Lo empezó a examinar
detenidamente. Después empezó a tocar el glande. Sin más salió de la
habitación. Tardo poco en volver. Tenía un estropajo en la mano. Después cogió
un instrumento de dar descargas de la pared. El instrumento tenia forma
alargada y curva. Me lo metió por culo y apretó el botón dándome una descarga.
Para terminar me puso un cordón apretándome los testículos. Mi erección no
bajaba y eso parecía desafiarla.
-Vamos
a ver lo que te pone esto. - De repente puso un trozo de esparadrapo en el botón
de dar descargas y yo me puse muy tenso. Agarro el estropajo y rodeo mi pene
sin echar ningún lubricante.
-Vamos
a ver si esto te gusta más que lo que te hace Mónica.
Empezó a pajearme con el estropajo puesto.
Era super irritante, es más, me estaba despellejando vivo. Las corrientes que
notaba en mi ano tampoco me estaban ayudando mucho. No podía moverme y ella empezaba a subir el
ritmo todo lo que podía. Entonces entro Mónica corriendo.
-¡¡No
te pases mama¡¡ ¡¡No te pases¡¡
Mónica aparto a su madre. Mi pene estaba sangrando por un montón de pequeñas
heridas. Me dolía bastante.
-¿Pero
que le has hecho? ¡Es mi primer exclavo¡ ¡¡Solo quería ver que te parecía¡¡
La
madre de Mónica la miro sin darle importancia a lo que acababa de hacer. Mónica
saco unas cremas y empezó a untarlas en mi pene. No habían desconectado el
aparato eléctrico, así que aquello empezó a parecerme más placentero.
-¿Pero
que le pasa a este chico? ¡¡No se le baja de ningún modo¡¡
-Le
hemos dado viagra. ¿Por qué has usado el estropajo tan fuerte? ¡No hacía falta
sobrarse tanto¡
-Me
apetecía jugar fuerte con él. Ya sabes que a mí me gustan los chicos fuertes.
-Pero
este es de los míos. A mí me gusta jugar más con ellos, no hacerles tanto daño.
-Si
me lo dejaras una semana le enseñaría yo todo lo que tiene que aprender, conocería
el dolor y aprendería que nosotras somos las únicas que debemos recibir placer.
Tiene que ser un exclavo.
Me dio miedo aquella mujer. Mónica
la escuchaba mientras vendaba mi pene. Me quería correr pero parecía más
ocupada en curarme bien de verdad que en darme placer.
-Mi
exclavo no es un exclavo voluntario. Ahora con estas heridas ya no le puedo
poner el cinturón de castidad otra vez. Además, no creo que él quisiera ser tu exclavo
ni loco.
Estuvieron un rato discutiendo, me
quitaron el aparato de descargas, y al final se fueron hacia otra habitación.
Me dolía el pene, no solo por las heridas, sino porque llevaba mucho tiempo
duro. Después solo volvió Mónica.
-Veo
que aun no se te ha bajado. Debe ser que me pase poniéndote viagra. El caso es
que no te voy a poder poner el cinturón otra vez. Pero creo que estos días te
has divertido con nosotras, así que espero que vuelvas aquí y sigas siendo
nuestro exclavo. Lo primero que quiero que sepas es que mi madre no volverá a
tocarte. Eso siempre que quieras no volver a verla, porque ella quiere tenerte
como exclavo. Aunque si tu quisieras pues te puedes ir con ella.
Me desato la mordaza y yo la
mire con cierto temor. Su mano bajo a mi pecho y ella la puso justo encima de
mi corazón.
-¿Qué
decides? ¿Volverás con nosotras y seguirás siendo nuestro juguete?
No sabía muy bien que
responderle. Era cierto que también me había divertido, pero más que nada había
sufrido.
-¿Qué
pasara si sigo siendo tu exclavo?
-Pues
que seguirás sometido a nuestros juegos, y te divertirás como hasta ahora.
-¿Y
si decido dejarlo?
Se acerco a mí, poniendo su cara
a pocos centímetros de la mía. Note sus pechos bajo la camiseta que llevaba
puesta.
-¿En
serio quieres perderte todo esto? ¿Ya no te gustamos?
-Yo
no he dicho que no me gustéis- dije un poco tembloroso- pero no me gusta todo
este juego. Preferiría que pasásemos a tener sexo normal.
Me miro, pareció un poco
pensativa, y entonces me empezó a quitar las vendas. Mi pene permanecía bien
duro. Volvió a coger un poco de crema y empezó a untarme otra vez. Lentamente y
de arriba a abajo. Quería correrme, pero también notaba pequeños aguijonazos
por culpa de las heridas.
-Yo
si quieres te dejamos en paz. Has sufrido mucho hoy, y he llegado a la
conclusión de que quiero un exclavo que quiera estar conmigo de verdad. Mi
madre tiene razón en eso. Debes estar dispuesto a sufrir por mí. Así que si
quieres serás libre.
Ella me masturbaba lentamente,
asegurándose de que la crema no provocaba ningún tipo de roce que me fuera a
hacer daño. Me estaba gustando mucho, pero por desgracia para ella, lo estaba
teniendo que hacer demasiado lento, y
podía mantener mi mente lo
suficientemente clara.
-Mira
Mónica, me encantas, y desde luego follas muy bien, pero eso es lo que quiero,
que follemos. Esto de ser tu exclavo no lo quiero - Mi voz se entrecortaba un
poco ante la estimulación.
Mónica cogió un poco más de
crema, y empezó a aumentar el ritmo.
-¿Seguro
que no echaras cosas como esta? ¡¡ Venga dime que te quieres quedar con
nosotras¡¡
-Mónica……oh…..yo………
-¡¡Dímelo¡¡
-Yo……..no………
Mónica siguió un poco más, y
justo cuando me iba a correr…..paro. Sentí una frustración enorme, más que la
del primer día cuando estaban todas y no me dejaron correrme. Después me dio
varias patadas en los huevos, gritándome por no querer quedarme con ellas, y
que desde luego no me iba a convertir en alguien que pudiera follarselas.
Cuando se calmo me volvió a vendar todo de nuevo. Esta vez con más cuidado, ya
que mis partes habían sufrido nuevos daños. Me dijo que no podría tocarme en
una buena temporada. Cuando me desato, mi pene ya había vuelto a su tamaño
normal, y sin dejar que me vistiera me echo por la puerta, tirando mis ropas
tras de mí.
Han pasado unos meses, y no
puedo evitar recordar aquellos pocos días en los que fui un exclavo. La verdad
es que desde entonces….el sexo no ha vuelto a ser lo mismo.
Las amigas de Elsa 4
Llevaba una hora o así corriendo en esa dichosa cinta. No es
que me estuviera matando pero cansaba un poco. Además la cabina se había
empañado y estaba pasando bastante calor. Mi pene se mantenía hinchado, y
sentía cosquillas en él. Además me molestaba al correr. La maquina se paro y se
abrió la puerta. Entro Tamlyn y me saco de allí. Me llevo la ducha y me ato a
unos grilletes que hay debajo. No corrían ningún riesgo de que pudiera intentar
algo. No me movían sin estar atado o con alguna medida de control sobre mi. Me
empezó a duchar con agua templada. Mónica y Elsa hablaban al lado del biombo.
Me paso una esponja y aclaro. Una vez hubo terminado Mónica se puso delante y
se puso a examinar mi pene.
- ¿Que tal va la cosa? –Pregunto Elsa.
- Pues esta un poco hinchada pero es algo normal. ¿Cómo la
notas? – Mónica preguntaba con seriedad.
- Siento todavía algún cosquilleo.
- Todo va bien – Mónica se alejo.
Tamlyn me seco rápidamente. Elsa se acerco con las manos en
la espalda. Se había desabrochado otro botón de la blusa y el canalillo se veía
perfectamente. Llevaba un sujetador rojo, se le veían un poco las copas. Me
quede un poco embobado mirándola.
- ¿Te gusta lo que ves? – Acerco su escote a mi cara y sus
medias empezaron a acariciar mi testículos – No se si hacerte sufrir o darte
placer. Me ponen las dos cosas.
- Me dio un pequeño rodillazo en mis partes, que no buscaba
mas que ponerme mas a tono. Ya estaba empalmado y sentía muchas cosquillas en
mi pene. Me miraba con esos ojos verdes
preciosos que me traspasaban.
- Te daría ahora mismo la ducha fría, pero no quiero que te
constipes – saco la mano izquierda y tenia una tira con un botón – Eso para
Tamlyn y... – saco la mano derecha y tenia una especia de funda para mi pene
con cables – esto para ti.
Me puso la tira en la muñeca izquierda. La funda tenia una
vara de metal por dentro la cual introdujo por el agujero de mi pene. Eso me
dolió una barbaridad, por no hablar de lo molesto que resultaba. Mónica trajo
el carrito con otra inyección y una fuente de alimentación. Elsa me acariciaba
y besaba mientras Mónica lo conectaba todo. En cuanto esta acabo Elsa se separo
y Mónica empezó a jugar con la fuente. Al principio notaba cosquillas, pero
después sentía espasmos en mi pene hasta que empezó a dolerme y empecé a ser yo
el que daba espasmos y gritaba que parasen. Subía y bajaba el control. Después
estuvo un rato con el control en bajo, de manera que la descarga me resultaba
muy placentera. La siguiente era una descarga mas fuerte, que me dolía y me sentía
un cierto quemor. Bajo la corriente y puso una pinza en el espacio que hay
entre los testículos y mi ano. Yo me sentía algo cansado. Volvió a subir la
corriente. Con poca era una pasada porque parecía como estar corriéndome. El
músculo donde estaba puesta la pinza daba pequeños espasmos y el cosquilleo de
mi pene era fabuloso. Cuando subió el voltaje sentía que me iban a reventar. Sentía miedo por como sentía mis
partes así que empecé a gritar otra vez. Pero no duro mucho ya que pararon.
-Vaya nenaza como grita. Seguro que no duele tanto. Te podía
haber subido mas la corriente.
No había podido correrme, pero sentía mi pene agotado. Me
quitaron la funda y Elsa me puso otra inyección en el pene. Me pusieron el
collar y me quitaron los grilletes. Mi siguiente destino la cama. Me tumbaron y
me ataron otra vez, con la anécdota de que al ponerme el grillete apretaron el
botón y Tamlyn grito llevándose las manos a sus bajos. Mi pene se había quedado
otra vez medio flácido.
- Esas descargas parece que le han cansado. Déjame darme un
gustazo. Tengo ganas de tirarmelo – Elsa intentaba convencer a Mónica.
- Ahora acabamos de ponerle la inyección y no me parece tan
buena idea.
- ¡Vamos¡ No va a pasar nada. Además la inyección no es
peligrosa. Solo quiero disfrutar, hace tiempo que le tengo echado el ojo y te
lo traje yo.
- Esta bien. Pero solo una vez – y me miro a mi – aguantaras
lo que Elsa necesite o te castigare.
Elsa hizo una seña a Tamlyn y esta vino para volver a
ponerme a tono. La inyección que me acababan de poner, junto con las descargas
hacían que notara mi pene medio dormido y a la vez unas cosquillas que me
resultaban molestas. La chupada de Tamlyn hacia que todas esas sensaciones se
multiplicaran por mil, y mi pene volvió a crecer. Me fije en que me parecía
algo mas ancho de lo normal, y Elsa lo miraba con gula.
- Ya basta Tamlyn – Mónica se acerco para ver el estado de
mi pene – vaya si funcionan las inyecciones. Esta muy hinchada para llevar dos.
Quizá sea malo. No le pondremos mas en una semana a ver que pasa.
Yo flipaba al oír todo eso. Era una cobaya en manos de
aquella ninfomana. Pero Elsa ya estaba lista, me pusieron el condón y se subió
encima de mi. Se había quitado el tanga y según se subió a mi se arranco la
blusa. Empezó a moverse mientras me besaba el pecho y subía hasta besarme en la
boca. Levanto su cabeza y me miro a los ojos. Se movía a golpes de adelante a
atrás. Mi pene me daba algunos calambres. Estuvo así durante unos minutos. Yo
aguantaba y eso debió mosquear a Mónica, la cual se subió encima de mi cabeza.
Aparto el tanga y yo empecé a lamer en círculos con mi lengua en su interior.
Mónica se había bajado el escote y se frotaba los pechos. Esa imagen pudo
conmigo y me corrí. No dije nada pero Elsa lo noto.
- Se ha corrido – Se levanto sonriente y se quedo al lado de
la cama – no ha estado nada mal a pesar de todo.
- Has sido un chico malo, no has aguantado hasta que Elsa lo
dijera. Pero acaba con esto y después ya veremos.
Mónica jadeaba y yo me esforcé para evitar el castigo, pero
Mónica no se cansaba de aquello. Me quitaron el condón pero no me limpiaron. Mi
lengua empezó a moverse mas lenta al cabo de unos 10 o 15 minutos. Mónica se
levanto y dijo que era hora de que durmiera.
- Mañana te espera un castigo y una visita sorpresa. No
estoy muy segura de que le gustes a esa visita, pero eso formara parte de tu
castigo.
Tamlyn trajo una manta de esas que pican y me la puso
encima.
-No queremos que pases frío y te constipes. Que duermas bien
– Elsa me dio un beso en la boca y me froto la manta contra mis partes. Después
apagaron la luz y salieron de la habitación.
martes, 5 de marzo de 2013
Las amigas de Elsa 3
Allí estaba otra vez. Llegue un par de minutos antes de las
7. No sabia si quería comprobar que pasaría si llegaba tarde, aunque si que me
daba cierto morbo comprobarlo. Tamlyn me abrió la puerta, pero no se la veía
tan contenta. Eso me descoloco. Fuimos a la habitación y me puso el collar del
día anterior, después me hizo quitarme todo, incluso el cinturón para lo que me
presto una llave que después tuve que devolverle. Me llevo a la camilla y me
encadeno en ella. Salió de la habitación y después volvió con Mónica y Elsa.
Mónica iba con unas botas altas de cuero y un vestido de cuero con un buen
escote y cuya falda era casi inexistente, pero que dejaba ver un tanga de
encaje negro. Por primera vez iba maquillada con sombra de ojos, rimel, labios
pintados de rojo fuego y unos coloretes algo pálidos. Estaba inmensa como ama.
Elsa iba de enfermera con una blusa medio abierta unas medias de encaje y una
cofia. También maquillada con sombra de ojos, rimel y unos labios de color
oscuro. Venían con tono de niñas buenas.
- ¿Que tal esta mi invitado de honor hoy? – se dirigió
Mónica a mi pene a la par que lo cogía con una mano – Debe estar un tanto
agotado, pero quizá hoy no sea su día de descanso.
- Pensábamos que te gustaría mas jugar con nosotras mas que
con una simple criada – Elsa me empezó a acariciar el pecho y los pezones. Ya
me estaba excitando.
- Sabemos lo que hizo ayer contigo. No debía haberte montado
sin nuestro permiso. Después de las veces que la hemos dado lo que necesitaba.
Así que decidimos castigarla – Mónica comenzó a juguetear con las uñas en mi
pene y testículos, lo que me daba una agradable sensación – La hemos puesto un
cinturón de castidad a ella también, ya que hemos visto que las bragas se le
caen bastante rápido.
Metió mi pene su boca y lo saco sin tocarlo, haciendo amago
de algo que no sucedió.
– Tiene un electrodo
en el clítoris, y te vamos a dar un control que asiremos a tu muñeca cuando
estés aquí. Sera tu presa como castigo. Así cuando ella no te trate bien tu
podrás darla una descarga.
Yo ya estaba empalmado y Elsa había empezado a lamerme los
pezones con la punta de la lengua. Mónica me dio un largo beso en los labios y
de repente note que alguien me pajeaba a un ritmo descontrolado. Mónica me
devoraba la lengua con un beso de tornillo. Su cabeza daba vueltas mientras
pegaba sus labios con los míos, y entremedias una lucha sin cuartel. Esa paja
me estaba volviendo loco. Tanto, que olvide que tenia que aguantar lo que
pudiera. Elsa aviso a Mónica y esta se levanto, yo me corrí y todo fue a saltar
a mi pecho.
- Por lo que veo lo de ayer no te debió de cansar lo
suficiente. Eso esta bien, que tengas buena resistencia para hacerlo varias
veces sin cansarte, pero necesito que aguantes mas. Con Tamlyn no te corriste
en los diez minutos que te estuvo montando – Mónica empezó a esparcir el semen
en mi pecho.
- Ya llevaba 4 o 5 corridas cuando se me subió encima. Hoy
que estoy mas cansado y he cogido algo de forma en un par podría estar igual –
me deje llevar por el ímpetu de semejante momento y no pensé que Mónica se
fuera a molestar. Me quito la mano de encima y me dio una descarga en el
cuello. Se me tensaron todos los músculos del cuello, y eso dolió una
barbaridad.
- Mira chaval, aquí debes venir con la clara idea de que
nosotras mandamos. Tamlyn se convertirá en tu esclava temporalmente y bajo unas
normas, pero el resto somos intocables. Tus iniciativas no interesan – Dijo con
voz rotunda.
- Lo siento. Me deje llevar por el momento – me temía lo
peor. No quería que me castigaran. Todo aquello me daba cada vez mas morbo.
- No sirven los “Lo siento” - Elsa y Mónica salieron de la
habitación y Tamlyn entro.
- Tengo entendido que te han castigado – dije con intención
de vacilarla un poco.
Se levanto la falda y lo vi. Era como una braga pero tenia
dos tiras arriba que quedaban unidas por un candado.
- Aun no se como lo ha llegado a saber. quizá tenga una
cámara en alguna parte o algo – me cogió con las punta de los dedos el pene – veo que ya han
comprobado posibles avances. El hecho de que tengas el pecho lleno de semen no
es buena señal.
Mónica entro en al habitación y Tamlyn soltó mi pene y se
escondió la mano rápidamente.
- ¿No te tendremos que atar también las manos?
- Solo quería comprobar si ha progresado algo – Tamlyn no se
atrevía ni a mirar a Mónica.
- Ya ves que no es suficiente. Solo ha pasado un día. De
todos modos se me ocurre que podrías comprobar como esta ahora.
Tamlyn miro primero a Mónica y después se quedo mirándome a
mi. Estaba alucinando. Elsa entro con un bol en la habitación.
Espera Elsa, vete preparando la inyección antes que Tamlyn
quiere comprobar cuanto aguanta nuestro amigo – y nos miro a nosotros –
¡límpiale el semen de su polla¡
Tamlyn no sonreía, pero tampoco estaba descontenta. Sabia
que esto tendría truco. Me empezó a limpiar la polla a lametazos. Mientras lo
hacia Mónica le quito el cinturón de castidad. Elsa estaba en el armario
haciendo cosas.
- ¡Haz que se le ponga dura¡ - Mónica ya ordenaba con los
brazos cruzados.
Tamlyn empezó a chupar como si fuera un chupachups, con su
cabeza dando vueltas. Al poco ya estaba empalmado otra vez.
- Ahora quiero que lo montes.
Tamlyn iba a ir a buscar algo cuando Mónica la detuvo.
- Lo montaras sin condón. Si te quedas embarazada será tu
problema.
- Pero Mónica yo...
- Sin rechistes. Si el aguanta el tiempo que yo crea
oportuno te libras. Sino que tengas suerte.
Era una putada gordísima la que nos estaba obligando a
hacer. Además la cagada no había sido mía, y sin embargo podría pagarla yo.
Pero Tamlyn se subió encima mío, se metió mi pene y se llevo el dedo índice a
la boca en señal de que me callara. Supongo que si hubiera dicho algo podría
haber enfadado mas a Mónica así que estábamos mejor así. Tamlyn se empezó a
mover a un ritmo intermedio. Mónica le quito la parte de arriba del uniforme y
el sujetador. Tenia unos pechos redondos perfectos. le sobraba algún kilo pero
el espectáculo me empezaba a excitar bastante. Mónica volvió a jugar con el
semen de mi pecho y se llevo el dedo a la boca mirándome a los ojos con cara de
niña mala. yo estaba aguantando todo lo que podía, pero Mónica estaba jugando
conmigo. empezó a coger semen de mi pecho para ponérselo a Tamlyn en los pechos
y luego lamérselo. Aparte la mirada durante un segundo y recibí un bofetón.
Tamlyn empezaba a disfrutar a pesar de todo. El polvo en si junto con las
caricias de Mónica la habían puesto a cien, pero no todos los días son fiesta.
Mónica la mando bajar y acto seguido la volvió a poner el cinturón para su
desesperación. Después la mando a terminar de vestir. A mi me dejo como estaba,
completamente empalmado y deseando que terminaran conmigo.
Pero Mónica se dedico a otras cosas:
- Deberías probar el dulce sabor del placer – Mónica cogió
algo de semen de mi pecho y me lo hizo tragar. No me hizo ni puta gracia pero
cualquiera le decía nada.
- ¿Ya podemos empezar?- Dijo Elsa. Traía en un carrito un
bol de cera que me supuse para que era y una inyección.
- No te asustes por la inyección, no es nada – Mi “Ama”
sonrió y me inyecto en mitad del pene el liquido. Aparte del pinchazo que
dolió, empecé a notar raro el pene.
Elsa empezó a esparcir la cera por las piernas. No es que
tenga mucho vello, pero es largo, y la cera lo agarra bien. Puso la tira y
tiro. Eso dolió y mucho. Siguió a lo suyo.
- Esto es mas divertido que follar. quizá se lo teníamos que
hacer a todos los que te traigas por
aquí – rió Elsa.
Cuando acabaron con las piernas empezaron con mi pecho. Ni
se molestaron en limpiar el semen.
-Nosotras no nos lo vamos a acabar, ¿no lo querrás tu?
Negué con la cabeza y siguieron a lo suyo. Y llegaron a mis
partes. No creí que fueran a usar cera con una zona tan delicada, pero no se
cortaron un pelo. Que la cera estaba caliente me quedo claro. Eso si, sacaron
una cuchilla para dejarme un corazoncito encima del pene. Encima Mónica saco un
spray y lo pinto de rosa. Se estuvieron riendo un buen rato. Después de haberme
depilado de cuello para abajo se levantaron y me llevaron a una maquina que
trajo Tamlyn. Se trataba de una maquina de correr en una cabina. Me metieron
dentro, me ataron las manos con una cadena y la colgaron al techo para que no
pudiera bajar los brazos. Dieron una marcha normal. No podía hacer otra cosa
que correr, puesto que el suelo era la cinta y no había otro sitio para poner
los pies.
- Nos vamos a cenar. Si sobra algo ya veremos si te lo
damos. Pero la verdad es que estas un poco fondón, será mejor que te pongas en
forma rápido. Según tus constantes vitales ira mas rápido o mas lento. Si haces
un buen registro quizá te demos un premio...
Solo quedo Tamlyn conmigo. Vigilando que no me pasara nada.
Ahora tocaba esperar a que Mónica volviera.
lunes, 4 de marzo de 2013
Las amigas de Elsa 2
La verdad es que no sabia decir
si estaba muerto de miedo o excitación. Mi corazón latía a dos mil por hora y
me sentía muy confuso. Aun notaba el cosquilleo en mi pene, pero cada vez era
menos placentero porque era como si pene estuviera anestesiado, deseando
despertar. Procuraba no pensar mucho en todo esto por si me podría empalmar, ya
que el anillo del cinturón quedaba muy justo en mi pene en estado de reposo.
Eran casi las nueve menos cinco
cuando llame a la puerta. Abrió Tamlyn la puerta, iba igual que el día
anterior, pero sonrió al verme llegar.
- Vete a la habitación y desnúdate, ahora iré yo a ponerte
entre grilletes – me dijo.
Yo ni conteste. Estaba muy
nervioso, casi aterrorizado. El día anterior casi había perdido la razón y me
esperaba otra sesión, posiblemente igual que la del día anterior. O puede que
peor. Me quede solo con el cinturón y Tamlyn vino para ponerme en la cama. Uso
los grilletes del pie de cama que el día anterior habían sujetado a Mónica,
solo que esta vez me puso un respaldo con una cadena que iba a mi cintura, para
que quedara sentado y con las piernas bien abiertas. El respaldo quedo bien
adherido a la cama por otro juego de cadenas, yo no lo podría mover, y con los
grilletes mis manos quedaban por detrás de mi. Las cadenas estaban bien tensas
y no me podría mover. Entonces llegaron Mónica y Mina. Mónica llevaba un escote
generoso en un vestido verde oscuro que hacia juego con unas sandalias verdes
de tacón alto, con una falda de vuelo que le llegaba a las rodillas. Mina llevaba
unos vaqueros acampanados ajustados y un top blanco bien escotado también.
Sonaban tacones cuando andaba pero yo no los veía bien. Mónica se fue al
armario mientras que Mina se acerco a
mí.
- ¿Qué tal esta nuestro hombretón? – Dijo Mina.
- Oye, creo que os estáis pasando. No me he portado mal con
vosotras ni nada como para que me hagáis esto – dije muy nervioso.
- ¿Pensar que somos unas guarras que nos tiramos a todo lo
que se menea no es suficiente? – a Mina no le gusto que replicara.
Tamlyn acerco la tele del salón,
una tft enorme de 29 pulgadas y la puso muy cerca de mi. Después acerco la
fucking machine, la cual tenia puesta una de esas vaginas en lata. Mónica se
acerco:
- Hazme un favor: Abre la boca – yo no quise pero saco su
mando a distancia – O la abres o activo el estrangulador, y a esta cercanía no
lo ibas a pasar muy bien digamos.
Abrí la boca y ella me hizo
tragar dos pastillas azules y un vaso de agua para que entraran bien. Después
reviso que me las había tragado y no las había escondido en la boca.
- Nosotras nos vamos a ir de fiesta que para eso es un
viernes. Si tienes alguna urgencia o algo pídesela a Tamlyn, ella te atenderá.
Pero no te pases ni un pelo o acabara poniéndote un bozal para que no molestes.
- ¿Pero donde vais? – no me hicieron ningún caso y salieron
de la habitación.
Tamlyn me quito el cinturón de
castidad, después lo preparo todo dejando la fucking machine enfrente de mí. Mi
pene ya estaba a punto y eso era algo que sabia tenia que ver con las
pastillas, y que no podría evitar. Puso la tele y en ella se veía una de esas
pelis de reventar culos de Nacho Vidal. No son mis favoritas, y al parecer
tampoco eran una de las Tamlyn, así que
cogió y cambio de dvd. En este salía ella con Mónica y un chico joven. En el video
se veía a Mónica con zapatos de tacón de negro cabalgando a un ritmo frenético
al chaval, el cual esta tumbado debajo. Tamlyn esta encima de su cabeza, donde
este la esta haciendo un dedo mientras la lametea a golpes el clítoris. Tamlyn
lleva un uniforme de sirvienta negro, pero sin cofia ni medias ni zapatos. La
escena dura algunos minutos hasta que Mónica se levanta y ordena a Tamlyn que
entretenga al chico, con lo que es ella la que pasa a cabalgar. Mientras Mónica
desaparece de escena.
A todo esto aun no me han puesto
la fucking machine y mi pene lo empieza a pedir a gritos. Tamlyn esta junto a
mi disfrutando del video, como quien recuerda los buenos tiempos.
- ¿No me pones el aparato ese? – pregunte con impaciencia y
algo de temor por si Tamlyn se mosqueaba.
- Mónica me dijo que te lo pusiese cuando quisiera – me
contesto – pero no dijo que no pudiera hacer otras cosas. Mira, si te hago una
paja y aguantas mas de 5 minutos nos saltamos el entrenamiento, te lo montas
conmigo un par de veces y listo. Pero si no aguantas mas de ese tiempo te
pondré la maquina hasta que llegue Mónica y decida quitártela. ¿qué me dices?
No estaba seguro de lo que seria
el entrenamiento, pero ese plan me parecía perfecto. Demasiado perfecto.
- ¿Es de verdad? – No me creía tan afortunado pero ella
empezó a pajearme lentamente. No sabia muy bien si podría aguantar los 5
minutos a ese ritmo debido al calentón que llevaba encima pero la cosa iba
bien. No duro mucho la suerte cuando a los pocos segundos su rostro cambio, y
una sonrisa malvada me hizo temer lo peor y empezó a subir y a bajar a un ritmo
demoledor.
- ¡¡Para, para¡¡ ¡Así no puedo aguantar mucho mas¡ -
suplique, pero no tarde ni un minuto en correrme. Después de casi un día con el
calentón en la cabeza aquel orgasmo me despertó, pero solo fue para meterme en
otra pesadilla.
-No has aguantado nada. Así no me merece la pena montármelo
contigo. Tienes que intentar aguantar todo lo que puedas. Ayer te dejaron sin
correrte. Tienes que espabilar. Mira el video. Ese chico aguanta carros y
carretas. Es un antiguo novio de Mónica. El que la inicio en este mundo del
sexo. Luego Mónica me metió a mi también – lo dijo con un tono bastante amable
para la situación en la que estábamos metidos.
Me fije en la tele y el chico era
cabalgado a un ritmo frenético por Tamlyn pero no parecía tener grandes
problemas para aguantar.
- Tu tienes que ser mejor que ese, porque tu tienes la polla
mas grande y eso le encantara a Mónica que es la que mas manda. Elsa se quedara
sin tocarte si ella lo decide, y como Elsa las demás. Ahora a entrenarte.
Entonces acerco la fucking
machine, y vi que la vagina en lata tenia un deposito al lado para el semen y
el lubricante que surtía la misma vagina. A pesar de la corrida de antes aun
estaba empalmado, así que Tamlyn introdujo sin dificultad mi pene en la vagina.
Encendió la maquina a un ritmo normal y subió el volumen de la tele para que no
pudiera escapar de lo que sucedía en aquel dvd.
Primero me hizo terminar de ver
el dvd, que acababa con las dos recibiendo el semen de aquel chico. No pude
evitar correrme otra vez, a pesar de intentarlo. Después puso uno en el que
Sandra hacia de enfermera de Mina, la cual estaba desnuda y atada en la cama,
con un bozal en la boca. Sandra se levantaba la falda y dejaba entrever unas
medias de encaje blancas y arnés con un dildo. Se montaba encima de Mina y la
obligaba a chuparlo, para después penetrarla y no parar hasta que esta se
corrio. Yo me corrí otra vez, y note cierto cansancio mental aparte de alguna molestia
en mis partes. En el siguiente Tamlyn estaba atada en el potro, con su uniforme
normal, pero con las faldas levantadas y las bragas bajadas. Mónica aparecía
solo con un arnés con dildo a la cintura, y se dedicaba a penetrarla por el
ano. Al principio la criada no parecia disfrutar mucho, pero después paso a
pedir mas, momento en el que Monica se
apartaba dejándola sola. Me corrí por cuarta vez sin oponer gran resistencia, y
esto empezaba a doler. En el siguiente dvd era un simple polvo en posición de
misionero de Mónica con un tío que parecía
un chulo de gimnasio, pero que se corría echando leches. Monica no se
rendia y lo volvia a follar una y otra vez, pero sin conseguir grandes
resultados.
En esa no me había corrido, cosa en la que Tamlyn se fijo,
estaba expectante a ver que sucedía, sentada a mi lado. La verdad es que cada
vez tardaba mas en correrme porque mi pene ya no le notaba igual, además de por
el cansancio. En ese momento puso a tope de velocidad la maquina y en cuanto me
corrí paro la maquina.
- ¿Que vas a hacer? – dije mientras ella apartaba la
maquina.
- Voy a disfrutar un rato.
Se metio mi pene en su boca y lo
limpio, se quito las bragas, se subió encima de mí y introdujo mi pene en su
interior. Me empezó a cabalgar como una posesa. Ni siquiera me había puesto
condón ni nada, pero a ella le daba igual. Me empezó a besar apasionadamente.
Al cabo de unos minutos ella ya estaba satisfecha, así que se levanto y me
volvió a colocar la fucking machine. Cogió sus bragas y se fue, supongo que a
asearse un poco. Yo no había conseguido correrme, pero para eso ya iba a tener
tiempo mas que suficiente.
El siguiente dvd era una simple
peli porno de Silvia Saint, una especie de peli con sus mejores escenas donde
ella contaba cosas. Me corrí un par de veces mas con esa peli que era bastante
larga. Mi pene me dolía bastante, no solo porque llevaba empalmado varias
horas, sino porque encima estaba todo el tiempo en acción. Pero antes de que se
acabara la peli apareció Mónica.
- He traído a un amigo. No le vas a ver en persona, pero vas
a ver en la tele como nos lo montamos, después te podrás ir a tu casa a
descansar. No habrá estado mal para ser tu primer día de entrenamiento. Quiero
que mañana vuelvas a eso de las 7, y di en tu casa que dormirás fuera, porque
vas a estar aquí hasta el domingo por la noche – y salió de la habitación.
Iba a decirle algo, pero entre
que salió echando leches de la habitación, y de que sabia que no me iba a hacer
caso me lo ahorre. La peli de Silvia acabo, para dar paso a la imagen de otra
habitación. Apenas se ve una cama y un armario en la pared de al lado. había un
tío metido en la cama y entonces apareció Mónica. Iba con un conjunto de
ligueros y medias de encaje negras, zapatos de tacón alto y un sujetador
también de encaje. El tipo le quito el sujetador y empezó a lamer sus pechos
mientras Mónica empezaba a juguetear con su pene. En un momento dado Mónica
empujo al tío hacia atrás y empezó a chuparsela con delicadeza. El tío estaba
enloqueciendo, pero entonces Mónica se subió encima de el y empezó a
cabalgarle. No duraron mucho, pero Mónica no se iba conformar. Volvió a
introducir el pene en su boca y al cabo de un minuto volvió a subirse encima de
el. Esta vez aguantaron mas, pero me corrí antes. Tamlyn quito la fucking
machine y me puso un collar.
-Este collar da descargas eléctricas, si intentas algo que
no debes daré al botón. Ahora te quitare los grilletes y te iras a la ducha del
fondo. Tienes agua caliente y jabones, te ducharas y así estarás aseado y
limpio. El efecto de las pastillas ya debe estar pasando. Ten cuidado no mojes
mucho el collar, es impermeable y se supone que no pude entrar agua en los
circuitos pero yo no me la jugaría mucho. Después vienes a que te ponga el
cinturón.
Me duche tranquilamente, con
cuidado de no mojar mucho el collar, algo difícil ya que me costaba moverme.
Tantas horas en la misma posición me habían dejado un poco un tonto. Después
fui a la camilla donde estaba Tamlyn, la cual me puso el cinturón y me vestí.
Estaba bastante agotado y ni tenia ganas de hablar ya. Cuando íbamos camino de
la puerta ella se quedo por detrás, y encendió el control remoto, estaría a
unos 3 o 4 metros pero el dolor fue insoportable. Lo encendió durante un
segundo, pero fue lo peor del mundo mundial. Entre lo que me dolía ya de por si
por la nochecita y la jugada iba bastante fino.
- Lo siento cariño pero quería comprobar si el sistema
funciona, espero que no te lo hayas tomado a mal – que irónica la tía – te
esperamos mañana. Hasta luego.
domingo, 3 de marzo de 2013
Las amigas de Elsa
Aquella tarde de jueves había
quedado con Elsa. Solo la consideraba una amiga a pesar de lo bien que nos
llevábamos porque tenia novio. Era preciosa: pelirroja de bote con mechas
rubias, nariz respingona a lo Emma Suárez, unos ojos verdes preciosos y un cuerpo
precioso con unos pechos en la media. La
verdad es que tenia ganas de conocer a sus amigas, sobretodo a Mónica que me habían dicho que era adicta al sexo y
se lo montaba con cualquiera. Tampoco hablaban mal del resto pero se hablaba
mas siempre de la que proponía algo mas que una simple conversación entre
amigos.
Pase a recoger a Elsa hacia las 8,
que es cuando sale de trabajar en una exposición del centro, y me comento de ir
a tomar una cerveza. Estuvimos unos 3 cuartos de hora hablando de nuestras
cosas y recibió una llamada de sus amigas. Iban a estar en casa de Mónica
fumando unos porros y hablando, nada de salir de fiesta. Yo ya daba por hecho
que ese día tampoco las conocería, pero Elsa me dijo si quería ir. Al principio
la dije que no porque me esperaba a un grupo de mujeres hablando de sus cosas y
donde yo no pintaba nada, pero Elsa me convenció de que allí me echaría unas
risas y pasaría un buen rato, además de conocer a sus amigas. Cuando llegamos y
entré, sentí que me había equivocado yendo allí, sobretodo por el rollo que
tenían de fumar que a mi nunca me ha acabado de ir. Mónica era una morenaza
algo bajita, con el pelo liso, unos ojos negros con una mirada penetrante, y un
cuerpo repleto de curvas, sin que le sobrara ningún kilo, con unos buenos
pechos. Morbo en estado puro, sobretodo sabiendo sus vicios. También estaban
allí Mina y Sandra. Mina es una chica alta pero muy delgada para mi gusto, con
poco pecho. Su pelo castaño de bote hace juego con unos grandes ojos marrones,
labios finos y una nariz recta. A mi no me parece muy guapa pero hay que
reconocer que esta bien. Sandra es de estatura media, morenaza con unos ojos
azules preciosos de mirada simpática, labios húmedos y una facciones preciosas.
La sorpresa surgió al ver a la
criada, Tamlyn de unos 35 años, asiática, con un rostro muy bello y un cuerpo
bastante bien cuidado. Vino a atendernos con un uniforme de criada normal y
corriente, que no conseguía quitarle el morbo que tenia.
La verdad es que era un piso en
mitad de la ciudad, se que ese tipo de pisos son caros, pero no me imaginaba
que hubiera gente viviendo asi en ellos, ya que Mónica vivía sola.
Después de las presentaciones me
preguntaron 4 cosas para saber un poco quien era y para ser simpáticas conmigo,
Tamlyn me trajo una cerveza, y ellas empezaron a hablar de sus cosas. De un
instante a otro me di cuenta que allí no pintaba nada, asi que pensé en
acabarme la cerveza y pirarme. A pesar de que de vez en cuando me decían algo, estaba
claro que no pintaba nada, pero cuando estaba a punto de acabar mi cerveza,
Tamlyn me trajo otra. Esta era de importación por lo que me dijo Mónica. Su
sabor era fuerte, yo he probado muchas cervezas pero esta no la había probado
nunca. A la tercera cerveza ya iba bastante tocado, y eso que mido algo mas de
1,90 y aguanto buenas series de cubatas.
Mónica y Sandra empezaron a
hablar conmigo cuando me vieron tocado por las cervezas. Empezaron a vacilarme
y yo no pude evitar entrar en el juego. Nos estábamos echando unas risas,
cuando minutos antes estaba allí de adorno. En un momento dado me picaron para
que me quitara la camiseta, y yo las rete a que hicieran lo mismo, Mónica
acepto el reto y Sandra decidió echarse a un lado. Yo ya me vi pasando la noche
con Mónica cuando después de quitarme la camiseta ella hizo lo propio, sin
llevar sujetador. En ese momento me quede un instante desencajado hasta que
Mónica se me tiro encima, me empezó a besar y note un pinchazo en el brazo.
Empezó una conversación que no esperaba:
- Se porque has venido a conocernos, has oído que soy adicta
al sexo y igual te has pensado que el resto también son asi y igual si no te lo
montas conmigo te lo montaras con alguna de mis amigas - dijo Mónica con un
tono pícaro.
- Vine porque Elsa me convenció, no me parecía tan buena
idea en un principio - dije con cierto descaro haciendo entrever que aquello me
empezaba a gustar.
-Pos creo que partir de ahora va a venir lo mejor - y se
levanto de encima mío.
Iba a levantarme para seguir la
jugada que creía que estaba pasando, pero no pude. No tenia fuerzas. Me estaba
quedando paralizado.
-Tamlyn aprovecho nuestro momento de pasión para inyectarte
una droga que paraliza los músculos del cuerpo, pero que te mantendrá
consciente.
-Me estáis vacilando, ¿verdad? – dije con cierta dificultad
-Pues no. Hace tiempo que quería jugar contigo, me caes de
puta madre y encima me das mucho morbo - dijo Elsa – pero sabia que como tengo
novio no ibas a hacer nada. Pero a partir de ahora vas a ser nuestro, depende
de cómo nos vaya contigo se lo haremos a otros.
-La verdad es que cuesta encontrar chicos que me satisfagan,
creo que un chico de tu porte bien entrenado me vendrá bien. – agrego Mónica.
Tamlyn se acerco, me cogieron
entre todas y me llevaron a una habitación que era mas grande que el salón, se
notaba que para hacerla habían quitado las paredes de varias habitaciones.
había una cama de matrimonio, un potro, una x que se podía poner en vertical,
una camilla, un tablón con elementos de masturbación (dildos y vaginas en lata),
algunas maquinas raras, una bañera, una ducha, un biombo y un armario bastante
grande. Todos los artefactos tenían grilletes. Me colocaron en la camilla y me
quitaron toda la ropa. Mónica examino mi miembro y dijo que había que verlo en
acción, después me colocaron en la x y la pusieron en vertical. La x en
cuestión tenia ruedas y la pusieron enfrente de la cama. Mina y Elsa se fueron
detrás del bombo que tenia una luz por detrás, con lo que se veía la silueta de
quien estuviera haciendo algo en el biombo.
Note otro pinchazo, era Sandra, y
note que recuperaba fuerzas. Hice fuerza contra los grilletes, pero era algo
inútil. Sandra me dijo que lo mejor que podía hacer era disfrutar con el
espectáculo. Mire hacia el biombo. Se podía distinguir la silueta de las dos.
Mina tenia los pezones en punta y Elsa se lamió la punta de los dedos y los
toco.
La puerta se cerro y apareció ante mi una increíble Mónica
enfundada en un corsé, que le llegaba a tapar los pechos pero sin tanga ni
bragas y con unas medias de encaje, todo el conjunto de color negro.
-Dime si sientes esto – dijo con voz de mando. A lo que note
como su mano me acariciaba el pene y los testículos. La visión del biombo me
había medio puesto a punto, asi que con las caricias estaba ya a punto.
-¿De que va todo esto? – dije aun con cierta dificultad.
-Veo que si lo notas, pero quiero que sepas que esto quizás
no acabe como tu esperas.
-¿Que me vais a hacffff? – Sandra me tapo la boca con un
arnés con bola.
Elsa y Mina salieron de detrás
del biombo y se dirigieron a la cama, iban besándose con cierta dedicación
mientras se acariciaban. Elsa llevaba un tanga azul y unos zapatos de tacón
alto a juego, mientras Mina llevaba un tanga, unas medias de encaje y unos
zapatos, todo el conjunto en blanco. Sandra puso una cámara de video a un lado
y acerco unos dildos y una fucking machine. Uno de los dildos era muy largo y
otro era mas corto pero muy ancho, los dos con la superficie llena de esferas.
Elsa y Mina estaban a lo suyo.
Elsa estaba sentada y Mina había bajado unos centímetros y lamía los pechos de
Elsa con pasión, centrándose en esos hermosos pezones. Después bajo mas abajo y
le quito con delicadeza el tanga, para pasarle lentamente la lengua por el
clítoris. Elsa estaba enloqueciendo, pero Mónica no podía quedarse de lado asi
que se puso de pie encima de Elsa y esta empezó a lamer el coño de Mónica entre
los jadeos que no podía evitar.
Mónica estaba disfrutando de lo
lindo, mientras yo estaba completamente empinado con una erección muy
placentera. Mónica cogió el dildo ancho, aparto el tanga y empezó a jugar con
el en el coño de Mina. Elsa se dio otro beso en la boca con Mina y empezó a
jugar con el otro dildo.
La escena me estaba llevando a la
locura, y Sandra estaba grabándolo todo. La mire con ojos de cordero degollado,
se acerco y me agarro del pene. Subió y bajo. Casi me vuelvo loco. Después
volvió a la cámara. Yo la miraba pero ella siguió a lo suyo.
Entonces Mina cogió a Mónica y la ato de pies y manos a unos
grilletes que había en el pie de la cama y levanto la cama hasta la altura de
mi pene. Yo estaba justo en frente, asi que pensé que me empujarían hasta ella,
pero no fue asi. Mina se me acerco y me dio un largo beso con el que pude
sentir un sabor especial. Después bajo a mi pene y se lo introdujo en su boca,
me dio un par de lametones y se aparto. Yo empecé a forcejear desesperadamente
contra los grilletes, no había nada que hacer pero yo ya no tenia control sobre
mi mismo.
-Que poco has aguantado antes de desesperarte. Eso significa
que te corres en poco tiempo, lo cual no nos viene nada bien. Pero tranquilo,
te vamos a someter a un duro entrenamiento - dijo Mónica desde la cama.
Elsa se sentó encima de la cara
de Mónica, la cual empezó a lamer como una posesa. Mina mientras acerco la fucking
machine la coloco entre yo y Mónica y puso el dildo largo en ella. Después la
introdujo en Mónica y acciono la maquina. Mina jugaba con el control remoto
dándole mas o menos velocidad. Mónica pedía mas y mas, pero Mina estaba
disfrutando con el juego.
Sandra se acerco al tablón y
cogió otro dildo, se bajo los vaqueros y las bragas y se sentó al lado de la
cámara, pero mirando hacia mi, y se introdujo el dildo.
Era una locura, tanta mujer disfrutando a mi alrededor y yo
completamente empinado no podía ni tocarme. El placer de la erección dio paso a
unos pequeños espasmos por encima de los testículos, como si quisiera eyacular
pero no podría.
Mónica se corrió, y Mina dejo la
fucking Machine en modo lento, para ponerse de pie al lado de Elsa. Era la hora
de que Elsa le devolviera el favor a Mina. Y vamos que si lo hizo. En apenas un
par de minutos Mina se había corrido, se levanto y se fue al biombo apagando la
luz de fondo.
Sandra se había levantado y
llevaba los vaqueros ya bien puestos, tenia una expresión muy feliz en su cara.
Estaba controlando otra vez la cámara y la iba a dirigir hacia mi.
Elsa se había levantado cuando se
fue Mina y había puesto una velocidad alta en la fucking machine, con lo que
Mónica estaba dando unos botes terribles en la cama. Elsa se acerco a mi:
- Ahora te toca pasar un buen rato. – dijo mientras cogía mi
pene con una mano
mientras con la otra lo acariciaba. Entonces empezó a
pajearme y yo creí estar en la gloria. Me iba a correr inminentemente.
- ¡¡¡¡¡¡Que no se corra¡¡¡¡¡¡ - Grito entre botes Mónica –
Hay que empezar a entrenarle ya.
Sandra apago la cámara de video y
apago la fucking machine. Quito los grilletes a Mónica, a la que le costo un
poco levantarse. Elsa dejo mi pene y se fue al biombo del que salió Mina, la
cual se despidió hasta el día siguiente y se fue.
- Hoy no te vas a correr, y no solo eso, sino que me voy a
encargar de que no puedas hacerlo hasta que yo lo decida. Vamos a ponerte un
cinturón de castidad para que no te nos escapes ni tu ni tu semen. Si pensabas
que aquí podías llegar a follar con facilidad lo llevas claro. Primero
dominaremos tus eyaculaciones y luego ya veremos - Mónica me miraba y hablaba
con clara superioridad – Sandra avisa a Tamlyn y lleváoslo a la ducha.
Yo estaba con la cabeza ida, solo
deseaba correrme, no cabía otra cosa en mi cabeza. Solo con unos pocos roces me
correría, pero no me lo iban a permitir. Sandra
salió de la habitación y volvió con Tamlyn. Sandra me torturaba por el
camino, pasando su mano alrededor de mi polla pero sin tocarla. Me acercaron a
la ducha y Tamlyn me dio un apretón en los huevos. Eso me dolió, pero no fue
peor que la ducha en si. Juraría que era agua sacada del polo norte y me la
estaban dando directamente en mis partes. Tamlyn cogió un guante y empezó a
masturbarme, pero no podía correrme porque el agua me estaba congelando.
- Correte ahora que puedes. ¿O tienes algún problema? - Reía Sandra.
Al cabo de un par de minutos mi
pene estaba algo mas que flácido, no tenia ni la mitad de su tamaño normal en
estado de reposo. Ya me dominaba algo mas, pero sentía en mi pene una sensación
de cosquilleo, lo que resultaba algo placentero por un lado pero torturante por
el otro. Después me llevaron de nuevo al lado de la cama.
Elsa y Mónica ya estaban cambiadas con ropa de calle y
esperaban impacientes con unos calzoncillos un tanto raros y toscos.
- Mira te vamos a poner esto – Me dijo Elsa con una gran
sonrisa.
- Es un modelo que hemos diseñado nosotras mismas, es como
un cinturón normal – comenzó a explicar Mónica - en la parte en la que lleva un
catéter para tu orina y un agujero por detrás para que cagues a gusto, también
lleva este anillo donde va tu pene. El anillo vibra con este mando a distancia
del cual todas tenemos una copia. Lleva un candado a cada lado para que no te
lo puedas quitar, si se te ocurre cargarte los candados o algo te castigaremos,
además no te recomendamos que lo intentes ya que tiene unos sensores que hacen
que el anillo te estrangule el pene, con lo que t quedarías impotente. También
tiene un sensor de proximidad, si te acercas mas de 5 metros a nosotras sin
nuestro permiso el anillo te ira estrangulando según lo cerca que estés. Esto
ultimo es por si se te ocurre venir a hacernos daño. Todas, hasta Tamlyn tienen
el mando y el dispositivo por si te acercas sin permiso asi que no te pases un
pelo. Ahora nos iremos al salón todas menos Tamlyn. No intentes nada porque
ahora no tiene ni las llaves ni el control remoto, sin embargo si pasa algo
nosotras nos encargaremos de usar los nuestros. Mañana te quiero aquí a las 9.
Vístete y márchate.
Me vestí ante los ojos de Tamlyn
que me miraba sonriente y me fui no sin un ultimo cacheton de la criada:
- Espero tenerte pronto, asi que
tomate el entrenamiento en serio.
sábado, 2 de marzo de 2013
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